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¿Cuántos años dura una caldera de condensación?
Uno de las interrogantes que de una forma u otra deberíamos hacernos al querer comprar una caldera, va ligado directamente con el tiempo de vida útil de la máquina. Seguro que todos queremos saber cuánto tiempo nos durará esa caldera de condensación que hemos comprado.
Para saberlo, debemos detenernos a explorar los detalles que albergan los tipos de calderas. Igualmente, debemos fijarnos en los factores que influyen en su duración, tomando en cuenta su instalación, el mantenimiento y el entorno, entre otras cosas más.
Índice
Tiempo medio de duración
Aunque habitualmente la duración de una caldera sea de media entre 10 y 12 años, la verdad es que pueden llegar a durar mucho más. De hecho, algunas alcanzan unos 20 años. Incluso hay excepciones de calderas que han llegado a los 30 años de longevidad.
Los años de vida de una caldera varían enormemente por el mantenimiento que se le dé, su calidad como marca, el tipo de caldera, el entorno en que funcione e incluso su instalación.
No podemos esperar que nuestra caldera dure más de 20 años si no contratamos a un técnico experimentado para que realice el mantenimiento periódico que necesita. Tu caldera no debería ser manipulada por personal inexperto. Además, el mantenimiento de cada caldera viene estipulado por el fabricante.
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La instalación: el primer paso para la longevidad de nuestra caldera
Tampoco podemos suponer demasiados años de duración para nuestra caldera si la instalación ha sido realizada por alguien inexperto. Su instalación solo se puede llevar a cabo por un técnico experto que asegure un trabajo adecuado.
Debemos saber que en el interior de la caldera se encuentran tuberías y uniones que poseen juntas metálicas y de elastómero. Estas juntas se asientan correctamente si la caldera está colgada de forma adecuada y, además, conectada a la instalación hidráulica del lugar en que se instale.
Cuando todo esto no se adecúa, como se ha dicho, con el tiempo se producirán averías que, si no se tratan, serán difíciles y caras de reparar. En poco tiempo, nuestra caldera perderá por completo su funcionalidad debido a la incorrecta instalación.
La temperatura y las fugas
Derivadas de una pésima instalación, las fugas de agua pueden estropear la caldera gravemente. Y es que, al comenzar a trabajar la caldera, esta va incrementando su temperatura, haciendo que el agua se caliente.
Si la instalación ha sido incorrecta, y los diferentes elementos y tuberías no están puestos como deberían, fácilmente pueden dilatarse y contraerse debido a las altas temperaturas del agua.
Las fugas de agua dentro de la caldera hacen, con el tiempo, que las uniones se deterioren diez veces más rápido de lo que lo harían si la instalación fuese adecuada.
Estas fugas hacen que los niveles de agua bajen drásticamente mientras la caldera está de servicio. Con los niveles de agua demasiado bajos, la caldera trabajará con un pobre rendimiento y temperaturas mayores a las normales, haciendo que se incremente el consumo de energía necesario para operar.
Si bien las calderas poseen sensores de temperatura como protección contra niveles bajos de agua, esto no garantiza que las averías no puedan dañar significativamente su funcionamiento, llegando a acortar en gran medida su longevidad.
Si la caldera es instalada por personal cualificado, esta podrá durar muchos años sin sufrir alguna fuga y sus consiguientes desperfectos.
El tipo de circuito de calefacción: un factor a tomar en cuenta
Un punto importante que influye sobre el tiempo de vida útil de la caldera es el tipo de circuito que esta tenga. Existen dos tipos de circuitos: el circuito monotubular (de un solo cilindro); y el circuito bitubular (de doble cilindro).
Los de un solo cilindro son los más antiguos y los que dan mucho más trabajo a las calderas. Con este tipo de circuitos, la bomba de circulación de la caldera debe soportar una carga mayor a la experimentada en circuitos de doble cilindro.
Si hablamos de los circuitos bitubulares, estaremos ante los más eficientes y equilibrados en cuanto a hidráulica. Estos son los sucesores de los circuitos monotubulares, por decirlo de algún modo.
Otro factor a tomar en cuenta con lo anterior es la importancia de la diferencia térmica que se alcanza entre la ida y el retorno del circuito de calefacción. Esta característica llega a repercutir en cuanto tiempo dura una caldera.
Los diferentes tipos de caldera y su duración
Un punto igual de importante que los demás, es el tipo de caldera que compremos. Esto puede determinar mucho el tiempo que durará su vida útil. Algunos tipos de caldera duran más que otros y esto se evidencia en sus características.
Actualmente existen calderas que se pueden clasificar según el tipo de combustible que utilicen para calentar el aire caliente. Estos tipos de calderas son los siguientes:
La caldera eléctrica
Es una caldera que utiliza energía eléctrica. Estas calderas nos permiten regular la potencia utilizada para calentar el agua, lo cual permite una mayor eficiencia energética y, por lo tanto, un bien recibido ahorro de energía.
Ya que por estas calderas no fluye gas ni existen combustiones, no tendremos que preocuparnos por las fugas de agua o una pésima evacuación de humo. Por ello, esta caldera puede llegar a tener una vida útil que pasa el promedio de 10 años.
La caldera a gas
Las calderas que funcionan mediante gas tienen la particularidad de hacerlo con la ayuda de tres diferentes tipos de gas, haciendo que se cree una subcategoría en las calderas a gas. Los gases usados para estas calderas son: el butano, el propano, y el gas natural.
El gas butano, suministrado por bombonas, posee un alto poder calorífico. Sin embargo, las calderas con este gas presentan muchas desventajas. Por ejemplo, el hecho de que no soportan ambientes demasiado fríos o la necesidad de disponer de muchas bombonas de este gas para la caldera.
Tipos de gas como el propano y el natural son las mejores opciones para estas calderas. Esto se debe a que estos gases son muy versátiles y no se ven opacados por ambientes fríos, además de que son baratos y ecológicos (en el caso del gas natural).
A estas calderas, si se les da un adecuado mantenimiento y una instalación impecable, pueden durar un promedio de 15 años, o incluso 20.
La caldera de gasoil
Es una caldera especialmente hecha para viviendas que no poseen redes de distribución con otro tipo de gas. Esta es una de las calderas con mayor rapidez a la hora de calentar y con un mantenimiento de lo más sencillo.
Si bien el almacenaje del gasoil es algo molesto debido a todo el espacio que este necesita, la rapidez y el poco mantenimiento llegan a compensar buena parte de las desventajas. Por ello se recomienda encontrar un lugar adecuado y espacioso para la instalación y almacenaje del gasoil.
Al igual que las anteriores, la caldera de gasoil puede alcanzar más de 10 años de funcionamiento mientras se realicen los respectivos cuidados que tanto necesita.
Existe una segunda clasificación dentro de los tipos de calderas, y esta es la de las calderas según su sistema. Hay tres tipos de caldera en esta clasificación, y estas son las siguientes:
La caldera a gas de condensación
Está catalogada como una de las calderas más eficientes. Y esto se debe al aprovechamiento del calor que se genera al enfriar el vapor de agua en el interior de la caldera.
De esa manera, la caldera consigue precalentar el agua para que no haya necesidad de usar demasiada energía la próxima vez que queramos tener agua caliente en nuestra vivienda. La eficiencia de esta caldera puede durar un promedio de 15 años o más si se mantiene en buen estado.
La caldera estanca
Este tipo de caldera tiene la particularidad de poseer una cámara de combustión totalmente hermética de la sala en la que se encuentre instalada.
Gracias a este hermético sistema, se pueden evitar posibles riesgos de accidente. La clave de este mecanismo radica en que el gas no tiene posibilidad alguna de filtrarse al exterior e intoxicar a las personas.
El sistema consiste en una cámara de combustión conectada directamente al exterior por medio de unos cilindros. Estos cilindros contienen, a su vez, un ventilador que permite la entrada de oxígeno para la combustión y la salida de los gases quemados. La duración promedio de estas calderas es de 13 años.
La caldera atmosférica
Teniendo una duración promedio de 15 años, esta caldera para calefacción funciona gracias a un quemador atmosférico en su interior.
Este sistema hace que la cámara de combustión esté abierta y se utilice para poder quemar el gas (sea butano, propano o natural), y el aire del lugar en que está instalada.
Lo que toda caldera necesita
No hay duda de que lo necesario para que nuestra caldera perdure el tiempo estimado o incluso lo supere, es seguir una buena instalación. Y todo ello realizado por profesionales certificados y acreditados. También será importante contar con una presión correcta en el circuito; con un nivel de agua suficiente y constante; y con un mantenimiento periódico.
Si todo esto no se realiza con estricto seguimiento y prontitud, nuestra caldera perderá su vida útil con mayor rapidez de la esperada.
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